El riesgo de incendio en un edificio siempre existe y se debe estar alerta para prevenirlo, evitarlo y en el peor de los casos combatirlo.
Las instalaciones contra incendios para que sean efectivas deben tener una adecuada puesta a punto.
Los extintores manuales, columna seca y sus bocas de carga, tomas de agua y equipos de manguera deben revisarse cada año por una empresa homologada y especialmente en el caso de que los hayamos utilizado.
Los extintores llevan una fecha de caducidad y es imprescindible disponer de un mantenimiento periódico. Debemos conservar en perfecto estado el alumbrado de emergencia y la señalización de las vías de evacuación.
Las pinturas antifuego se han de reponer cada dos años.
Las vías de evacuación de un edificio son principalmente los pasillos, la escalera y el portal por lo que se debe evitar que estén obstruidas.
Las medidas de seguridad anti-robo que se puedan instalar en garajes, escaleras, etc., nunca deben impedir el paso ni constituir un obstáculo para la evacuación en caso de incendio.
Algunas recomendaciones en caso de incendio, son:
- No utilizar nunca el ascensor.
- Se debe andar rápido y agachado.
- Abrir los ojos lo menos posible.
- Si el fuego alcanza nuestras ropas, apagarlo con mantas o rodando por el suelo.
- Si se tiene que salir por una vía en la que se sospecha puede haber humo, protéjase con toallas mojadas en agua.